Este artículo se centra en el panorama general de la mutilación genital femenina (MGF), pasando de una visión general a una más específica, centrándose principalmente en la sociedad nigeriana (África), discutiendo cómo ha prevalecido dicho procedimiento, cuáles son las razones de esto y las soluciones que deben adoptarse para erradicarlas de nuestra sociedad.
La mutilación genital femenina está aumentando en muchas regiones del mundo, incluidas África, Asia, América Latina y partes de Europa y la mayoría de las naciones occidentales, aunque es especialmente frecuente en África. Sin embargo, un nuevo estudio ha revelado que Nigeria tiene la mayor población de víctimas.
Según la investigación, la mayoría de las mujeres de entre 27 y 35 años se someten o se someterán a esta situación, lo que se considera una negación y violación de sus derechos humanos fundamentales, además de una instancia de completa inseguridad porque no pasa por ningún proceso médico. La mutilación genital femenina está respaldada por creencias y tradiciones culturales que sostienen, principalmente, que ayuda a la niña a ser menos promiscua, preparándola así para su futuro marido y similares.
En Nigeria hoy en día, algunas personas educadas todavía se aferran a esas creencias tradicionales y ancestrales. “Uno de los problemas que tenemos es encontrar el cómo eliminar estos problemas”. La también conocida como “circuncisión femenina” es un procedimiento en el que se extirpan los genitales femeninos sin ningún motivo médico o terapéutico y generalmente se realiza en un ambiente antihigiénico con el uso de objetos moldeados como cuchillas de afeitar, cuchillos, anteojos, etc.
La Organización Mundial de la Salud ha dividido este procedimiento en cuatro tipos, cada uno de los cuales comprende una mutilación diferente. Si nos fijamos en M.G.F., según un informe de 2018, alrededor del 20 % de las mujeres de entre 15 y 47 años son sobrevivientes de violencia doméstica ( M.G.F.) y según un estudio reciente, Nigeria representa alrededor del 10 % de la prevalencia mundial de estos comportamientos. Esta investigación ha revelado que este acto es más frecuente en el sureste y suroeste de Nigeria, especialmente en los estados de Osun y Oyo, donde también realicé mi investigación.
Descubrí que este problema social es más frecuente en estas comunidades, aunque se han establecido agencias a nivel de base, la situación sigue creciendo. Puedo decir con seguridad que esto prevalece porque los individuos a nivel de base no están expuestos ni informados sobre los peligros detrás de estos actos. También creo que la aplicación de la ley es débil, ya que no pude localizar a una sola persona que haya sido procesada o condenada.
Algunas de las soluciones a esto, en mi opinión, son poder tener divulgación y concienciación sobre el peligro que suponen este tipo de acciones y, sobre todo, conseguir que haya educación al respecto y sanciones si se llevan a cabo. Algunos de los riesgos asociados con la MGF son el tétanos, y el hecho de cortar una parte de un órgano puede alterar el sistema reproductivo, provocando sangrado continuo, problemas con el embarazo e incluso la muerte.
En esta comunidad donde realicé una “investigación cualitativa”, tuve la oportunidad de preguntar opiniones sobre tal mutilación. Algunos estaban en contra, mientras que otros lo veían como aceptable debido a sus creencias. En conclusión, podríamos decir que lo bueno o lo malo de esta tremenda realidad parecería depender de cada punto de vista.
Podés leer la versión en Ingles original acá. Email: dadzieebenzer@gmail.com.