Estamos en otra edición de entrevistas . Mi nombre es Martín Rodriguez y en esta ocasión estamos con Nancy Jaramillo, la primera capitana de pesca del país. “La Capi” como la conocen sus compañeros. Vamos a hacer una breve presentación tuya, para que las personas también sepan quien sos. Para quienes no están familiarizados con el mar y el barco, tienen que entender que este tiene sus propias leyes. Para el común, históricamente nunca las mujeres fueron bienvenidas. Claro que sí, en forma de supersticiones, catástrofes, como sirenas, prostitutas de los puertos, las esposas que cuidan las casas, por citar algunos ejemplos. También aquellas que no conformes con las convencionalidades de la época, se lanzaban como capitanas, piratas, soldados inflexibles determinadas y líderes. Que en sus decisiones tal vez, o en su impronta han sido deliberadamente olvidadas por su participación en la historia. Es un poco lo que me estabas comentando vos, de la lucha que existe… para llegar a nuestros objetivos. Y en nuestro país las mujeres se plantan y empiezan a florecer. Así que hoy en Hijes de la Misma Rabia queremos saber tu mirada y tu historia junto al mar.
¿Cómo fue tu acercamiento al mar? ¿Cómo fue tu carrera?
Bueno, muchas gracias por interesarse, por llegar hasta aquí. La verdad que, y no solamente para mí, sino para toda la familia que es la flota marítima es muy importante, que por primera vez estamos teniendo una visibilidad que antes nunca la tuvimos ¿no? Porque siempre éramos los marinos que íbamos a navegar por mucho tiempo, pero nunca nadie habló de nuestras vidas, lo que hacemos. Entonces, bueno, es muy interesante.
Bueno, mi acercamiento fue por un tema de necesidad. Necesidades básicas. Vengo de una familia muy humilde, fui mamá muy jovencita, a los 17 años. Había comido toda mi vida en comedores infantiles, de haberme vestido con ropa que nos donaban. Y por ahí teníamos una sola comida al mediodía y después no comíamos más. Y pasé mucha necesidad, entonces cuando soy mamá digo, bueno, tengo que salir a buscarle un futuro a mi hijo si o si.
Porque el futuro para mi hijo era tener un plato de comida todos los días. Almuerzo y cena, nada más, no pedía mucho más que eso. Y terminé yendo a varias instituciones para ver si me aceptaban, por ejemplo la policía, la armada. Que decía bueno, es un sueldo pequeño pero por lo menos todos los meses lo voy a cobrar. Porque era empleada doméstica, niñera, vendía carbón y un motón de cosas, pero así no me alcanzaba. Y nunca sabía, y viste que cuando vos tenés esos trabajos por hora, nunca sabés cuánta plata vas a tener a fin de mes. Obviamente me dijeron que no en todos lados, porque en aquella época, te estoy hablando ya hace… mi hijo, tiene 27 años. Imaginate en esa época las mujeres no estábamos ocupando los lugares que hoy si. Entonces me dijeron que no en todos lados. Caí en prefectura que es la autoridad marítima, quien nos prepara y nos da una libreta de embarque. Entonces me dijeron mirá, si querés hay un curso de camarera. Así empezó mi vida. Nací en Trelew, en Chubut. Me crié en Puerto Madryn en frente del mar. Pero nunca tuve conocidos que navegaran, ni nada por el estilo. Había visto los barcos flotando (risas). Claro, un desconocimiento total. Pero bueno, viste que cuando uno es chico tiene tantos sueños. Y mi sueño era navegar, con un desconocimiento en todos los aspectos. Pero bueno, se dio esto y saqué mi libreta de camarera y así comencé a navegar.
Y ahí le diste para adelante.
Si. Si me tengo que poner a remontar a ese momento de lo que fue no saber qué ropa llevar. Vino un muchacho y me dijo “nena ¿llevás toallitas femeninas?”, que en aquella época alguien te diga algo así, era como que te morías de vergüenza.
Claro.
Y porque yo no sabía ni por cuánto tiempo iba a navegar. Entonces me dijo “fijate que tenés que llevar toallitas o algo, porque te vas dos meses a navegar. Vas a menstruar dos meses” ¿no? Que bien no, porque yo desconocía que me iba por ese tiempo. Yo sabía que iba a navegar y ni siquiera pregunté. Era trabajo, era plata y no importaba lo que había que hacer. Yo me iba.
Agarraste y te fuiste. Y ya una vez transcurrido el camino inicial, más que nada saltándose unos pasitos.
Unos cuantos años.
Tu labor ahora, en este contexto, ¿cuantos son los tripulantes que tenés a bordo, a tu cargo?
Bueno, la flota pesquera es muy variada. Tenés buques de nueve tripulantes a sesenta tripulantes. Yo normalmente andaba en los buques de veintinueve tripulantes en total. Incluido el sub capitán. Y ahora último anduve en barcos de doce tripulantes, once tripulantes. O sea es muy variada la flota pesquera.
Es variada según la tarea que se tenga que realizar.
Depende de la especie que se vaya a pescar. Depende que pescadito vas a agarrar (risas), el barquito, el tamaño y la cantidad de gente. si.
Si, y hablando de tu rol en el buque, ¿qué considerás más complejo en el embarque?, ¿la relación con tus compañeros?, ¿el hecho de estar mucho tiempo lejos?
La convivencia no es muy difícil. Al principio por ahí están esos mitos, como vos decías y hacías referencia al principio, esto de que una mujer antes era como mala suerte. Una mujer era “¿qué desgracia vamos a tener?”
Un cero a la izquierda.
Claro. Era algo malo. Bueno y después una vez que vos te embarcas en un buque, que se yo, los muchachos te van conociendo, van viendo también tu lugar, el lugar que ocupás. Estoy hablando del rol de la mujer, como mujer. Y eso no es lo complicado, porque la gente se adapta. Y hoy que hay toda esta apertura mental, todas estas charlas que se hacen, qué podemos decir que somos iguales, se abre mucho la mente de la gente. Esto se ve a bordo. Lo más complejo es cuando vas a navegar por mucho tiempo. Vos pensá que hay hombres que se van por noventa días. Una marea de noventa días, son tres meses que no tocás tierra, que no ves a la familia.
No había contacto. ¿Había por ejemplo radio?
Alguna radio por ahí, pero tenías que llamar a… ponele a Puerto Madryn que tiene una estación que lo ponía. Pero vos ponele, gente de Corrientes, ahí no había radio. La gente de Corrientes, por ejemplo, pasaban meses que no se podían comunicar con nadie. Yo tuve la suerte de que como soy de Madryn, cuando mi hijo era chiquito yo una vez por semana, cinco minutos lo dejaban hablar por radio. Las veces que se escuchaba bien. Porque uno dice radio, pero la radio depende mucho…
Satélite…
Es todo por ondas ¿entendés? depende cómo está el tiempo, la nubosidad, que propagación hay. Entonces por ahí vos llamabas y no se escuchaba. Pero de vez en cuando se escuchaba.
Y tenías un contacto digamos ¿no? Pero también hablando de las comunicaciones y de este tipo de dificultad, con el clima…tema complejo (risas) ¿dijiste alguna vez “ che acá no zafo?”
Guau, si, si.
Que no zafo, digamos una que vos decís acá no zafo ni de casualidad.
Si, creo que fue en el 2016, yo estaba en la embarcación de capitán. Viste como es nuestra estructura se dice capitán. Yo estoy acostumbrada a decir capitán, nunca capitana. El título es capitán de pesca. No está considerado para las mujeres. Mi titulo dice Capitán Nancy Jaramillo. Bueno, en fin, estaba en frente de la embarcación, ahí había veintinueve tripulares, éramos en total. Una embarcación de casi sesenta metros. Y nos agarró a la altura de Puerto Madryn un temporal bastante grande. Y yo tenía que venir para Mar del Plata, para acá, para el norte. Y se empezó a poner viento, y en aquella época no teníamos forma de saber cómo iba a estar el clima. Hoy sí, hoy le preguntás a algún colega, o a través de un programita preguntás cómo va a estar la ola, que altura de ola y qué intensidad es. Y se nos puso muy feo. Tal es así que teníamos olas de casi diez metros. Eran edificios. Vos imaginate, parate y contá cuanto pueden ser diez metros. Y vos decís “tengo que llegar allá arriba”. Una película que me dejó muy marcada y que la vi como cuatro veces y las cuatro veces me lloré todo fue La Tormenta Perfecta (risas).
Si La Tormenta Perfecta.
Eran…no te voy a decir que eran tan grandes, porque también el barco ese era más chiquito, pero si te encontrás con olas así de grandes. Pero si, esa noche creí que no íbamos a pasar la noche. Creí que nos íbamos a dar vuelta campana o algo, que no zafaba. Así que agarré y le dejé las instrucciones a mi oficial y dije bueno si hoy me voy a morir me voy a dormir con mi conciencia tranquila.
Claro.
Cualquier cosa me llaman, me voy a dormir. ¿Por qué digo la conciencia tranquila? ¿Qué me pasó Martín a mi en mi vida? Cada vez que yo voy a navegar y quizás lo hacen todos los marinos o la mayoría, es tratar de no dejar cosas pendientes. Ejemplo yo nunca me fui a navegar con alguien enojado. Porque yo nunca sé si vuelvo ¿se entiende? Entonces sería una gran carga para las personas que quedan acá en tierra. Entonces siempre trato antes de subirme bueno, “che disculpame, perdoname” lo que fuere. Y bueno esa noche creí que no la pasaba, y sin embargo gracias a Dios al otro día (risas).
Estabas acá. Estás acá bien, bien buenísimo (risas). ¿Dar vuelta campana es cuando el barco se da vuelta completamente?
Claro. Se da vuelta. Si bien nosotros tenemos elementos que podemos usar para tratar de sobrevivir, el clima por ahí no te lo permite. Ustedes imagínense que una balsa inflable, ponele que sea esta mesa ¿no? Con olas de diez metros y las chances son pocas de sobrevivir. Es la realidad. Ustedes piensen que hay embarcaciones que se pierden y nunca más se vuelve a encontrar nada. De hecho se han caído aviones y nunca se encontró nada. El mar es muy grande.
Hay que tenerle respeto ¿no?
Mucho.
Y justamente, las embarcaciones en las cuales haces tu trabajo ¿son seguras?
Mirá, seguro no hay nada.
Se lo llevaron preso.
Claro, es verdad.
Es así.
Depende mucho del clima. Nosotros tenemos una flota la verdad bastante antigua, porque estamos hablando de barcos del setenta y pico para arriba. Estamos hablando de embarcaciones de cuarenta años…
Cuarenta, cincuenta años.
Claro. Y ¿cuál es el tema Martín? Esos navíos o esas embarcaciones, esos buques han navegado durante cuarenta años ¿sabés cuál es la diferencia que yo hoy veo? -y está bueno que toda la sociedad esté abriendo los ojos- es el cambio climático. Nosotros estamos viendo como marinos, temporales que antes no veíamos. Olas que por ahí antes no veíamos ¿se entiende? el mar se pone cada vez más bravo, el viento cada vez es más fuerte. Entonces por ahí una embarcación tan antigua…
No tiene soporte para tanto.
Claro, estamos en esa. Estamos en una etapa así. Bueno, hay un proyecto a modo nacional del Estado que es renovar la flota pesquera. Que firmó un DNU el ex presidente Macri, que nos da veinte años para poder renovar nuestra flota. De a poco se va renovando.
De a poquito. Y hablando de proyectos también, te quería preguntar sobre la organización marítima internacional (OMI) que inició un programa de género en el año 88′, que estilísticamente lo que muestra es que por ejemplo, sólo el 2% de 1.2 millones que ejercen este trabajo, son mujeres y el 98% son hombres. Es decir que aún existe, más allá de que se haya hecho esto, una gran segregación ocupacional en relaciones de género. O sea como vos me decías hace un ratito. ¿Cuáles son las diferencias que vos notás ahora en este contexto?
¿Por qué hay tan pocas mujeres arriba de los buques? Mirá se están abriendo las puertas de a poco, pero la realidad es que tenemos un mundo muy machista. Que siempre estuvo la mujer muy excluida a que está para ser ciertas labores, que siempre se refieren al cuidado. Y como que por ahí no tenemos la capacidad para llevar una embarcación adelante, o por ahí que una mujer a bordo sería un problema. Por eso somos tan pocas. Hay muchos frentes en este momento de mujeres, de todos los ámbitos porque no solamente en el mar hay mujeres, en el río también. Se están abriendo muchos frentes de nosotras las mujeres para empezar a agruparnos, y empezar a pedir que nos permitan ser trabajadoras como cualquiera. Una igualdad de oportunidades. Porque ¿qué pasa Martín? No todo el mundo va a servir para estar en una embarcación, así como no todos los hombres sirven, no todas las mujeres sirven. Lo que pasa que cuando vos no tenés a nadie que te incentive, hay mujeres que han sacado su libreta hace quince años y jamás subieron a un barco, porque era mujer, porque se consideraba que era cualquier cosa. No cualquier cosa la mujer, sino que por ahí podrían tener problemas. O ponele vamos a un ejemplo más simple ¿qué hacemos con una mujer que navega y decide ser mamá? Es todo…
Es todo un tema.
Y estamos hablando de la parte económica ¿se entiende?. No les conviene que haya una mujer. Porque después ella va a ser mamá, va a estar nueve meses embarazada.
Es el criterio de que siempre puede traer un problema la mujer en la embarcación.
-Claro, hay todo tipo de problemas pero una de las preguntas es esa, ¿qué hacemos con una mujer que quiere ser mamá? Que navega. Embarazada, realizando los trabajos que se hacen a bordo en el barco y sería muy difícil con una panza y haciendo esfuerzo todo el día y con un barco que se mueve constantemente.
Y hablando justamente de estas dificultades que me estás comentando, ¿cómo llevás ese vínculo con el mar y también con el desarrollo de una familia?
Bueno Martín, yo fui una madre ausente, obviamente por mi trabajo. Cuando empecé a trabajar estuve afuera dos meses, sesenta días, sesenta y cinco días llegué a estar en el mar. Por ahí cinco días en tierra. La crianza de mi hijo quedó en manos de mis padres y mis hermanos. Es la realidad. Yo era una visita. Nosotros los que navegamos somos una visita en casa. después a modo personal y a realizarme como pareja, la verdad que (risas).
No tenes tiempo claro. A lo sumo que si estuviera en el mismo barco…
Ponele, que existiera la posibilidad de que trabaje en un mismo barco. Pero bueno la realidad es que todavía tenemos una mentalidad muy cerrada. Es como decir mi mujer navega, se va a navegar entre veintiocho hombres, y treinta días. La otra vez…te voy a contar algo gracioso…
A ver…
Nancy: -Entonces me dice un amigo, un colega mio me dice “no, negra vos imaginate que si viene a navegar con una mujer, el problema que sería es que podría ser mi señora o cualquier señora de los muchachos. ¿cómo hay una mujer entre todos ustedes?”. Y ¿vos pensaste que tu mujer se queda con un montón de hombres en tierra? (risas).
¿Por qué todo adjudicarselo a la mujer?
Claro. Que subas a un ambiente que supuestamente no es para las mujeres. Entonces por ahí sería cuestión de también ver…
Martín: -Darle un giro.
Darle un giro y decir bueno vos fijate que tu mujer se queda con un millón, con millones de hombres.
Martín: -Claro.
Entonces no se trata de que porque una mujer decide navegar...porque lo mio empezó siendo necesidad y hoy por hoy es mi vida, es mi profesión, es algo que amo.
Y pero eso se trata de uno de querer seguir su rumbo sin tener tantas restricciones. Obviamente uno puede estar más libre también que yo y sentir que es el lugar donde uno quiere estar.
Claro, eso hoy en mi vida ha jugado un papel ¿en qué sentido? En que yo tenía que elegir entre tener una pareja o realizarme como profesional. Obviamente está más que claro que elegí esto. Por eso toda mi vida fui soltera (risas).
Cosas que pasan.
Lo que pasa es que es complicado, es complicado y bueno. Esto va a ser hasta que tengamos una apertura. Que empecemos a ver las cosas diferentes porque…ustedes imagínense en el primer mundo, en otros países. Hay cosas que hacen las mujeres que es totalmente normal. No te digo que necesariamente se queden en casa, pero ocupan sus roles, comparten sus roles. Y la mujer si se puede…cuando van a Afganistán, que iban ¿no? Las chicas soldados, dejaban a sus hijos con sus maridos y ellas se iban allá a la guerra y después volvían. En algún momento creo que vamos a llegar a hacer eso, ¿no?
Ojalá que ambos tengamos la misma fortaleza, de que estemos igualados, de que no haya uno por encima del otro.
Claro, que seamos compañeros. Es entender que la profesión es la que cada una elige sea totalmente respetable. Y que yo pienso, si tuviese una pareja yo me voy a navegar porque quiero que estemos bien o lo que fuere y si tuviese él que ir a navegar, imaginate que toda la vida la mujer tiene que esperar a los hombres cuando se van a navegar. ¿Por qué los hombres no pueden?
Que espere ahí, que espere ahí (risas), por favor. Entendemos también que estás en la multisectorial de la mujer en Mar del Plata.
Si, si.
¿Qué proyectos se están desarrollando?
Ahí en la multisectorial de la mujer también tenemos muchos frentes. Entonces como que nos agrupamos para poder ayudar a las demás con el tema de la violencia de género, también pedir por nuestros derechos como mujeres, como trabajadoras. Se nuclean muchos frentes. Hay una chica de la CGT, hay psicólogas, hay abogadas, hay quienes cocinan en comedores infantiles, y dan el plato de comida a los chicos todos los días. Hay maestras. Entonces la idea ¿cuál es? Juntarnos y poder entre todas ayudarnos, en nuestros diferentes oficios. Poder también salir a ser una voz más en conjunto. Cuando estuvo el tema de la campaña del aborto, obviamente la multisectorial levantó también la bandera que es una necesidad, que es un derecho que realmente las mujeres tenemos que recibir.
Y la ayuda mutua que brindan ustedes conformando ese tipo de grupo de mujeres.
Tal cual. Vos sabés que yo caí por ahí, una vez fui muy insultada cuando llegué a puerto, entonces me acuerdo que fui a mi sindicato y bueno…primero porque era camarera me insultaban, después porque era marinera.
¿Te insultaban?
Si, no lo voy a decir porque…
No, no lo digas…
No sabés las atrocidades que me decían en el muelle, ocho hombres. Entonces digo…después porque era oficial y ahora que soy capitán también viene cualquiera y se me para ahí en el muelle a insultarme, a decirme de todo. Y en ese momento uno de los que me atendió me dijo “bueno, hacé como que no pasa nada”, ya estoy cansada de hacer como que no pasa nada.
Las personas se cansan de hacer oídos sordos a veces.
Porque ya está. Muchachos superemoslo como digo yo. Yo no empecé ayer, y aunque hubiese empezado ayer, no por haber elegido una profesión tengo que ser agredida constantemente. Y entonces hablo con mi hermano. Obviamente que pase unos días muy feos, de mucho llanto, de mucho dolor. Porque un dice ya llegué al tope de los topes. O sea más que esto no hay. Chicos paren un poco de agredirme. ¿por qué me duele? No por mi persona, sino porque yo tengo hijo y tengo nietos. Y es doloroso para mi hijo. Mi hijo vivió muchas veces las agresiones que me hacían a mi. Y él lo sufrió un motón ¿por qué tiene que sufrir porque su madre eligió una profesión?. En su momento no me quedaba otra y después lo agarré como profesión.
Porque te gustó.
Porque me daba plata, y me daba una seguridad económica para que mi hijo tenga un plato de comida. Entonces hablando con una de mis hermanas que es militante, muy militante allá en el sur, me dice “juntate con un grupo de mujeres que te ayuden. Que sean las mujeres las que te ayuden a que tu voz no sea más callada”. Y ahí me empecé a juntar con chicas. Si bien no hicimos nada, porque no pasó nada, ahí vi la importancia que era reunirnos entre las mujeres, y poder participar. Yo no soy una persona muy activa en el presente, cuando puedo voy, cuando puedo colaboro. Obviamente por mi profesión ¿no? Pero está muy bueno. Por eso terminé en la multisectorial.
Lo importante es la unidad para ver justamente alzar ese grito que siempre es callado y ayudarse entre sí, que eso es fundamental.
Sí Martín. Vos imaginate que yo estuve años de mi vida que me sentía tan sola. Vos no sabés la soledad que yo he sentido, de decir no tengo nadie que me ayude, no tengo nadie que me de una mano, no tengo a nadie que me pueda entender.
También en pensar en mujeres que están pasando por la misma situación.
Claro y es empezar a poner tu granito… Y decir bueno chicas, entre todas tenemos que realmente…no solamente las mujeres, porque hay muchos hombres que están acompañando este proceso. Y eso está muy bueno. Hay una apertura de mentalidad.
Y justamente ensamblando con esa apertura de mentalidad, tengo entendido que hay una medida, una sanción en el senado de un proyecto que podría embarcar a un 30 % de mujeres y trans en los buques pesqueros. Justamente hablando de apertura y demás. Contanos un poquito de esa medida si querés.
Bueno ese es un proyecto de ley que exige un cupo femenino del 30% y una vez que se sancione, un 30% del momento que empieza a regir la ley un 30 % de mujeres a los cinco años. Primero empieza con un 5%, a los tres años un 15% y a los cinco años un 30% de mujeres. Tiene media sanción en el Senado. Lo que pasa es que llegó en Marzo, me parece que es la fecha. Salió del senado con media sanción, fue a diputados y ahí ha quedado. Está en cuatro comisiones, cuando normalmente un proyecto, y esto por ahí puede sonar como una crítica, pero bueno que sea tomado como una crítica si tiene que ser tomado. Hay leyes que van solamente a uno. ¿se entiende? A un solo lugar para ser debatido, este pasó por cuatro. Está en cuatro comisiones. En cuatro comisiones para ver si llega a diputados. Hay un movimiento de mujeres que estamos apoyando este proyecto, porque sería una forma de abrir una puertita. Hoy se pelea por el cupo femenino en la flota pesquera. Pero en la flota fluvial que sería la del río, no hay cupo tampoco. Y hay un montón de mujeres que les permiten capacitarse, pero después salen a la vida real y resulta que no consiguen trabajo. Mirá que cosa el otro día una chica con la que hablé, me dijo “la verdad que yo no entiendo para qué nos dejan capacitarnos si después no nos van a dar la posibilidad de trabajar”. Entonces yo le digo y lo expresé tantas veces, de última dejemos de ser tan hipócritas como sociedad y digamos este no es un lugar para las mujeres y que esté totalmente cerrado a las mujeres. Pero por lo menos díganos en la cara.
Cuando decís que te capacitan y no te toman, ¿no te toman puntualmente porque sos mujer?
Mirá, tiene injerencia. Tiene mucho que ver con ser mujer ¿por qué?, ¿por qué lo puedo decir? Porque cada mujer a la que vos le puedas consultar te van a poder decir que ponele sus compañeros que se recibieron en la misma época que ellas y hay mujeres que aún no. Entonces vos decís ¿cómo puede ser? Ponele, somos diez mujeres y veinte hombres y los veinte hombres están todos navegando y solamente dos mujeres están navegando, ¿de qué se trata este tema?
Algo pasa.
Algo pasa. Porque hay mujeres que ni siquiera han tenido la oportunidad de subir a una embarcación y poder desarrollarse y mostrar si son o no capaces de realizar esa función. Ni siquiera te dan esa posibilidad.
¿Qué pensás que tiene esta profesión que no tiene otras?, ¿qué sentís qué tiene de especial?
¡Guau! Que lindo. La incertidumbre diaria (risas).
La adrenalina.
La adrenalina, la pasión. Porque para estar acá, se necesita pasión. Vos dejás todo un mundo, todo un mundo que nada tiene que ver con la tierra. Vos imaginate que allá trabajamos muchísimas horas, y además de eso no tenemos contacto con nadie. Porque todo lo que sean emociones…no es que en un barco vos venís hola y te das un beso, eso no existe. Te volvés muy ermitaño ¿pero qué te lleva ahí? La pasión, cada momento es único. Porque uno no sabe que en cualquier momento se viene un temporal y el barco estaba así, calma chicha o tranquilito y de repente está capeando olas.
Y no sabés si volvés (risas).
Y a parte no sabés si volvés. Pero es eso… no sé, en mi época en que era marinera me acuerdo que salía a la cubierta y sentir ese viento, y sentir toda esa fuerza que tenía el viento y era como decir, bueno si, si yo puedo ¿entendés? Realmente es pasión porque uno vive siempre al límite. Y lamentablemente en la flota pesquera nuestra vida es muy cruel. Constantemente se está levantando mucho peso y se trabajan horas que acá en tierra no pasa muy a menudo, no digo que no exista.
Trabajar 12/14 horas seguidas por ejemplo.
Claro, pero en un mundo que se mueve, se hunde, se da vuelta campana, choca, puede haber un accidente laboral, etc. A veces te vas a dormir con la ropa puesta para levantarte y seguir trabajando. Estás todo el día ahí.
Con personas a cargo además, que eso es importante.
Y yo creo que nace la pasión ¿y qué pasa?. Un momento llega uno que te quedás ahí y muchas veces se pregunta ¿por qué sigo?. Porque es lo que conozco, es lo que empecé a amar, entonces hoy es mi pasión.
Vos en un momento hablaste de las conexiones, por ejemplo que internet vino hace muy poco en los barcos, por eso podés comunicarte por Whatsapp con tu familia. ¿Cómo ves vos lo que es la tecnología que se está implementando en los barcos ahora?, ¿cuál es tu opinión personal? Por ejemplo en Noruega hay barcos que se están manejando a distancia.
Mirá vos, no sabía eso. Algo había leído, o algo había escuchado pero no sabía.
Si, en Noruega hay barcos que se están manejando a distancia, por operadores en tierra, sin casi tripulación a bordo.
Claro, estamos a un millón de años luz nosotros ¿no?
Si, por eso te pregunto ¿cuál es tu visión?
Mirá, recién ahora por un tema de pesca, se está empezando a poner internet. De la flota pesquera…
¿Recién?
Si. Algunos barcos ya han tenido internet muy limitado o lo que sea. O por ahí era solamente para los oficiales para mandar parte de pesca, pero hoy por hoy ya hay varios barcos que están empezando a tener internet y vos podés tener acceso al Whatsapp ponele. Pero yo creo que el ochenta por ciento de la flota todavía no lo tiene.
¿Pero vos ves como algo positivo la implementación de la tecnología?
Si. Vos imaginate que nosotros empezamos a tener un contacto con nuestros seres queridos que antes no lo teníamos. Para la gente que por ahí pasa, ponele no hay pescado. Se trabaja en base al pescado. Hay veces que pasa el barco días sin pescar y la gente… imagínate que estás todo el día sentadito porque no podés salir a caminar, no podés salir a correr, los espacios son muy pequeños. ¿Qué te queda hacer? sentarte o acostarte. El hecho de tener internet, podés comunicarte con tu hijo, con tu familia.
Una video llamada.
Una video llamada. Ustedes no saben que es como un bálsamo al corazón. Sinceramente (risas).
Para ir terminando Nancy, si tuvieras la oportunidad de dejarle un mensaje a las mujeres en general, ¿qué les dirías vos para que cada vez más se puedan unir al trabajo, al labor de los barcos?
En un grupo de zoom que tuvimos con una psicóloga dijo que las mujeres tenemos que tener redes. ¿Qué significa eso?, tenemos que tener más empatía entre nosotras mismas y dejar de juzgarnos tanto. Ese sería un buen principio para comenzar porque por ahí la problemática de que suba una mujer a bordo, son las esposas de los embarcados, no en todos chicos por favor, pero hay un porcentaje. Pero si nosotras fuéramos más empáticas entre nosotras mismas, compañeras, tejer redes hoy por hoy quizás sería más fácil. Ustedes fíjense que detrás de un diputado, un diputado o un senador, hay una esposa. Que lindo sería que la esposa diga “che hacé algo para que estas mujeres también puedan trabajar”. Y creo que eso de empezar a tejer redes, empezar nosotras a hacerlo, a cambiar la mentalidad va a ser una forma donde ya no nos juzgaremos tanto entre nosotras, y no veríamos tan mal que haya mujeres a bordo. Entonces más mujeres se animarían a decir “bueno si tengo hijos, o tengo una familia y quiero ir a navegar porque es otra plata, o porque me gusta”.
Si, porque es lo que me gusta y lo necesito hacer.
Porque hay muchas mujeres que por ahí se retraen por el tema del qué dirán. Ustedes me dicen 2021, chicos todavía existe el qué dirán. Entonces creo que sería una forma de incentivar a las otras mujeres ¿no? Dejar de criticarnos y empezar a apoyarnos y sinceramente decir si, si chicas si los muchachos pueden ¿por qué nosotras no? ¿por qué no aceptarnos también? Espero haber contestado.
Y romper con los dogmas.
Exactamente.
Nancy muchas gracias por tu tiempo nuevamente, fue un placer tenerte en esta entrevista. Y me voy a quedar con lo del bálsamo de amor que quedó muy bien eso.
Entrevista realizada por Martín Rodriguez . Fotografía por Salome Astudillo.