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Entrevista | Vestir divergente: Wear Sad Geisha

Disruptiva, espontánea, creadora de sus propios códigos Sad Geisha indumentaria irrumpe en la convencionalidad con una subversión en los códigos de género generando su propio sentido estético.
En la siguiente entrevista su filosofía, la moda basura, lo sostenible, la ley de talles y esa pasión incansable de vestir.

“Mi nombre es Geisha, soy diseñadora de vestuario y el nombre de mi marca y mi proyecto es Wear Sad Geisha.”

¿Cuándo empezaste con Sad Geisha?

Empecé, en realidad de muy chiquita. A los 16 años, pintando remeras a mano y la marca tuvo varias formas, varios formatos y diferentes nombres, pero originalmente Sad Geisha se empezó a llamar más o menos a partir del 2018. Le puse Sad Geisha por mi nombre en realidad, Geisha.

¿Trabajas sola?

Trabajo ahora hace más o menos un año, con una compañera de costura. Una amiga, colega que se llama Erika Serrano y me ayuda un día a la semana cosiendo. Pero si, prácticamente el resto de todas las cosas las hago sola.

¿Hiciste algún tipo de curso?¿ o fuiste a la facultad de diseño y todo eso?

Empecé el primer año en un instituto privado que estaba acá en Morón y ahora cerró. Se llamaba Instituto Granaderos. Empecé el primer año de la carrera de diseño de indumentaria ahí y después de ese primer año, me pasé a la universidad de Morón, pero duré un cuatrimestre (risas), porque no me gustó. Como que en ese cuatrimestre decidí que me quería largar sola porque sentía que estudiar…digamos como estaba orientada la carrera académicamente, no era lo que yo buscaba en realidad. Yo quería aprender a hacer la ropa y enseguida largarme a experimentar con eso y la carrera de diseño de indumentaria en las universidades está más orientada a todo lo que es marketing, manejo de empresa, tener una marca; mucho dibujo, eso sí me pareció re útil. Después ves muy poco de moldería, en los últimos años. Y yo quería ya largarme, de manija (risas), quería ya tener un emprendimiento, un proyecto. Y bueno, no quería seguir estudiando porque sentía que estaba perdiendo el tiempo. Quería ya y dejé. Comencé con una profesora que me había hecho amiga en el instituto privado a tomar clases de moldería para aprender a hacerla, y ahí arranqué hacer ropa de a poquito y luego darle forma al concepto de la marca.

¿Cuando arrancaste tenías una sola máquina o ya tenías todo más o menos armado?

Cuando inicié de chica, que estaba en la secundaria, no tenía nada (risas). No tenía máquina, no tenía plata. Era así, a mano. Capáz intervenía prendas, pintaba remeras. Tuve mi primera máquina recién a los 20 años, que me la regaló mi papá, un regalo de cumpleaños, y ahí sí empecé con todo, arranqué y no paré más.

 

Sad Geisha.Fotogragía por Salo Astudillo.


¿Y cuando decidiste meterte en el mundo de la moda, qué cosas fueron las que te impulsaron? ¿Cuál fue tu inspiración?

En realidad es raro, porque no es que un día dije “me voy a meter acá”, sino que fue algo que fue surgiendo. Desde muy chica ya era medio personaje. Como que me gustaba ver los desfiles y me vestía medio estrafalaria en mi casa, era medio personaje, así que de chiquitita. Quizás estaba en mi casa viendo los dibujitos usando un tutú y sandalias porque flashaba con eso, no fue que un día me sumergí, sino que se fue gestando ¿entendés? Y no fue que un día cayó la decisión, simplemente me fue llevando a eso la vida. Y de inspiración, siempre películas y música. Siempre fue eso y bueno, observar personas en la calle y ese tipo de cosas.

Lo que veo de tu marca es que es muy performática.

Claro.

Eso es lo que más me gusta. ¿sentís que hay mucho de eso? Nombraste desfiles. Muchos de los desfiles que había en los ’90, ’00 eran como más performance que otra cosa.

Si, totalmente. La primera diseñadora que me voló la cabeza se llamaba Vivienne Westwood y hoy en día es una vieja loca (risas), ella desarrolló todo lo que sería la estética punk en los setenta, en los ochenta, digamos. Fue la primera diseñadora a la que le presté atención, porque en realidad yo empecé a hacer ropa y miraba desfiles y todo eso, pero no era la fuente de inspiración principal, sino que era más que nada la música, los videos de bandas, la estética que llevaban y eso, no tanto la pasarela. Entonces mi inspiración viene más de ahí, desde la estética de los músicos, de las bandas, de los videoclips. Después de más grande fui fijándome un poco más en la pasarela y en los diseñadores. Me gusta mucho Vivienne Westwood, Rei Kawakubo que es una japonesa increíble y el último del que me hice totalmente fanática es Demna Gvasalia, que fue el que creó Vetements, ¿ubicás? era ¿cómo se dice?, director creativo de Balenciaga. Ese chabón creo que es mi favorito hoy en día, me encanta. Pero de diseñadores no le doy tanta bola a la pasarela, más que nada viene por otro lado la inspiración.

Y diseñadores de acá, sacando los que son famosos, sino que también son como vos, diseñadores independientes, que hacen de todo al mismo tiempo para mostrar su marca ¿Hay alguno que te guste?

Si, es una amiga mía. Si, es mi diseñadora favorita de Argentina, se llama Miel y su marca se llama What is real? , no sé si la ubicas. Miel es increíble, hace magia con la moldería, hace una ropa alucinante. Ella es mi favorita, sí, sí, sin dudas.

¿Cómo te manejás vos a la hora de comprar las telas, o a la hora de manejarte en un trabajo?

Me encanta el tema de las cooperativas, creo que todavía no llego a tanto porque se sigue trabajando en cantidades con las cooperativas. Y yo trabajo de una forma muy antigua. Viste cuando en la antigüedad la realeza se mandaba a hacer un vestido, y se tardaba un mes en tener un vestido, se tomaban todas las medidas…bueno, es algo parecido a eso lo que hago yo, salvo con una tabla de talles, porque si lo hago a medida me vuelvo loca, salvo excepciones ¿no? Cree una tabla de talles amplia, para poder ya tener los moldes hechos y no demorar con eso. Pero si lo que hago es a demanda, no hago stock para que sobre. Hago a pedido y por orden de pedido. Entonces voy, compro la tela de los pedidos de esta semana y los hago. Y voy trabajando semanalmente con eso.

Sad GeishaFotografía por Salo Astudillo.


¿Qué fue lo que te impulsó a crecer y entrar en el mundo de la moda?

Yo creo que lo que me impulsó fue de chiquita ver desfiles en la tele, las películas que miraba de Disney, los vestidos de las princesas. O las películas en donde actuaban personas, las películas de Tim Burton, todas esas cosas me fueron llevando a conectarme más con lo que es el vestuario. También mucho películas y música. Desde muy chiquita tuve una conexión muy fuerte con la música. Que siempre me inspiró a la hora de vestirme y de expresarme por ahí.

¿Cuál fue la prenda que más te gustó hacer por encargo?

Mi prenda favorita de las que hice, es una que diseñé yo, que es un vestido de tul que se llama Celofán, lo amo. La gente lo ama y es como muy mágico y me encanta hacerlo y seguir vendiendo y que… viste que no hay mucho de tul en el mercado, y es re mágico el tul. Es como que se puede combinar y usar de muchas maneras y te da como algo así fantasmal muy hermoso.

¿Cómo se llama la técnica que usás vos, haciendo la ropa sobre el cuerpo?

Esto es una especie de moulage, que es una técnica re antigua que se hacía sobre el cuerpo de las personas o sobre maniquíes, fileteando, cortando ahí en el momento sin moldería, adaptándolo al cuerpo de la persona. Yo lo empecé a usar con prendas, con telas de tejido de punto, que son telas que elastizan y empecé a flashearla sobre mi misma y después empecé a probar con el maniquí y fueron surgiendo cosas muy copadas, porque las telas de punto son muy adaptables al cuerpo ¿viste? No requieren quizás tanto el fileteo, tanta precisión. Son más moldeables.

¿Qué opinás por ejemplo de la ley de talles que ya está saliendo ?

Pienso que es algo que necesitábamos hace muchísimo. De hecho ahora ya está en plan, ya salió, y estaban haciendo un estudio de medidas de personas para poder sacar finalmente la tabla que deberían usar todas las marcas. La tabla que uso para mi marca es una tabla de ocho talles que va del 80 a 150 más o menos de busto y cadera. Y es una tabla que generé a partir de un estudio de medidas de todas mis clientes. Primero trabajaba a medida y al tener tanta data de las medidas de los clientes empecé a sacar estadísticas y generé una tabla en base a mis clientes y a las medias reales de ellos. Entonces hice una tabla que nos sirviera más o menos a todos.

Sad GeishaFotografía por Salo Astudillo.


¿Y si hay alguna medida por fuera de esa tabla también?

Claro, si hay medidas que no coinciden o que son muy diferentes, igual también las adapto. Nadie se queda afuera, esa es la idea.

Vos hacés estas prendas que son atemporales. Por ejemplo, se pueden usar en cualquier momento del año.

Claro, no me gusta trabajar con colecciones tipo primavera, verano, invierno… porque es muy relativo, creo que hay prendas que se pueden usar todo el año y que no necesariamente pasan de temporada. Me gusta más sacar como cápsulas o como conceptos.

¿Qué pensás sobre el consumo de las prendas como el fast fashion?

El fast fashion es muy relativo porque si bien hay gente que puede acceder a comprarle a un emprendedor, siempre es más redituable comprar fast fashion porque es más barato y es algo que la gente siempre va a preferir, que sea barato y que sea rápido. Ir a la tienda y comprarlo y llevártelo. Y el tema del slow fashion es que vos tenés que esperar, tenés que quizás pagar más caro. Porque los emprendedores, al no estar industrializados, no podemos acceder a precios mayoristas, ni comprarnos rollos de telas, tener un montón de empleados y pagarles dos mangos. Entonces todos los costos es como que se encarecen más y por eso el precio y la demora. Así que es algo que está ahí. Es entendible que la gente que no puede costearlo, que no puede pagarlo, necesita realmente poder vestirse de manera más barata y más rápida. Estoy en contra del fast fashion, creo que podríamos consumir la moda de una forma más consciente, pero tampoco creo que sea algo que se pueda erradicar y que tenga que desaparecer sí o sí, porque entiendo por donde viene.

Claro, esto de consumir algo que por ahí necesita una familia y por ahí no puede pagarlo, y que vale realmente el costo de alguien que trabaja como vos por ejemplo ¿no?

Es una contradicción constante porque a su vez quisiera vender más barato pero no puedo y ellos quizás no pueden pagarlo porque cuesta una prenda hecha por un emprendedor. Y es como “un queremos pero no podemos” de las dos partes y bueno, se va mechando un poco. Siempre que se pueda yo creo que es mejor comprarle a un emprendedor, pero también entiendo a la gente que no puede acceder a eso.

Tenés como una filosofía más slow fashion.

El slow fashion, para mi, es tomarse más tranqui el hecho de vestirse y darle más importancia a las prendas que uno compra y que elige usar, darles más cuidado, tratar de que duren más, invertir en emprendedores que hagan a mano. Que tengan conciencia de que no trabajan explotando personas. Todo eso para mi es el slow fashion, y es la forma que yo decido trabajar porque me parece que respeta bastante la forma de pensar que tengo con respecto al vestuario.

Como lo veo, hay dos opiniones al respecto. Una es esto que hablabas recién de reducir el consumo tal vez, de las prendas, de no quererlas ya, del costo que lleva hacer una prenda. Y por el otro lado está el poder de una familia que necesita vestirse, que por ahí va a priorizar comprarse un buzo a menos de mil pesos antes que pagar unos cinco mil, siendo una familia numerosa. Creo que hay varias cuestiones y varias críticas que podemos hacer al respecto.

Si tal cual. Yo no tengo el pensamiento que el que compra en la Salada está todo mal y es un gil y no se qué. Porque yo entiendo porque la gente compra ropa barata. De hecho yo lo he hecho. Hay gente que no tiene el presupuesto para pagar las cosas más caras. Y necesitan cosas que se consigan fácil y que estén lo más baratas posible. Entonces ahí hay como una brecha entre lo que está bien y lo que está mal digamos. Yo creo que es bastante relativo. Yo trabajo como trabajo, porque me gusta hacerlo así y porque creo en esto. Pero también entiendo que hay gente que no puede pagarlo, o no puede esperar el tiempo que yo tardo, y no me parece mal tampoco. Sí me parece mal que se siga explotando gente para la industria de la moda. Eso si es algo que pienso que tiene que cambiar.

Ahí tenés un tomo de Nana (un manga inspirado en el punk de los ‘70).

Amo Nana. Bueno, Nana está inspiradisimo en Vivienne Westwood, la diseñadora internacional que te mencioné. Toda la ropa que usa Nana y todos los personajes son de Vivienne Westwood., porque la que escribió Nanna era fanática. Por eso me encanta Nana.

Vi muchas fotos en internet que no se si serán verdad o no de que Mucchi, Versace tenían mucha inspiración en los dibujos de JoJo’s (otro manga clásico).

Ah, mirá. Lo que yo se de JoJo’s es que también los que los crearon se re inspiraron en pasarelas de los 80, 90 y bandas, viste que todos tienen nombre de bandas y de músicos. Amo JoJo’s porque tiene mucha data de vestuario, como están vestidos los JoJo’s me encanta.

¿A qué personaje o persona, puede ser dentro del mundo de la fantasía también, qué persona famosa o conocida te gustaría que lleve, que use tu ropa?

Un montón. ¿ De acá de Argentina o en general?

En general.

En realidad sueño con hacer el vestuario de una película, más que de una persona. En particular porque., si te tengo que responder eso serían las bandas que me gustan, algunas bandas internacionales, o artistas. A los artistas que están sonando ahora me re gustaría vestirlos porque están como generando algo con la propuesta estética que está bueno, como C. Tangana, Nathy Peluso, todos los artistas que están tirándose por el género de la música latina, me re copa cómo le están dando bola al tema del vestuario y de la estética, de lo que llevan puesto, cuando antes no se hacía tanto en esos géneros ¿viste? Y vestuario de películas… el vestuario de película de Tim Burton (risas), es mi sueño. Eso me gustaría hacer.

En lo último que habías subido de lo que estabas haciendo, comentabas que tenías una admiración muy grande por él.

Tim Burton me inspira todo el tiempo con las películas, los personajes. Es como una estética que compro mucho, me gusta mucho.

Sad GeishaFotografía por Salo Astudillo.

¿Hay alguna crítica en particular que tengas hacia el mundo de la moda?

Uff, si un montón. Yo creo que estaría bueno dejar de ver la moda de forma consumista. Aunque es bastante difícil alejarnos del consumismo por el mundo en el que vivimos, ¿no? Pero está más bueno quizá ver las prendas de ropa como elementos de poder y cuidarlos más y comprarlos conscientemente, antes que comprar por comprar y tener cantidad porque sí, y estar produciendo y generando un montón de daño al mundo con tanta sobreproducción que hay. Estaría bueno centrarse más en la calidad que en la cantidad, y darle más importancia a la ropa, no como algo descartable. Yo les doy la re importancia. Hay prendas que cuido un montón. Prendas que son para ciertas ocasiones. También están las prendas de uso diario que capaz están hechas bolsa pero siguen dando batalla. Pero eso más que nada, ver el vestir y la ropa no tan consumista y tan superficial y tomárselo más personal quizás.

¿Qué le dirías a alguien que quiere meterse en el mundo de la moda? Ya sea como modelo, fotografiando, haciendo producciones de moda, diseñando.

¿Qué le diría? Que intente ser lo más auténtico posible, que no está comparándose con todo lo que hay, porque hay un motón, somos un montón este mundo. Yo creo que la clave está en ser auténtico con vos mismo, con lo que vos sentís y por qué estás haciendo eso. Fijarse en el por qué querés meterte en ese mundo, qué es lo que te mueve, qué es lo que querés comunicar. Eso es re importante, si vos querés hacer ropa o meterte en el mundo expresando algo con eso, tenés que tener algo que decir y decirlo bien. Contarlo bien, que se entienda y que sea auténtico es importante, porque eso es lo que se destaca de entre tantas cosas que hay. Cuando ves algo que tiene mucha impronta, que es muy flashero, que no lo entendés bien, que te llama la atención, ahí yo creo que es cuando mueve más la mirada del público digamos, de la gente que lo va a consumir.

Sad GeishaFotografía por Salo Astudillo.

 

Entrevista realizada por Jennifer Indalecio . Fotografía de Salo Astudillo. Por último queremos agradecer infinitamente a Geisha que nos abrió las puertas de su taller.


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Categorías:
Cultura

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