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“Modelar nuestra biología, trabajar para entenderla y finalmente controlarla y alterarla” sostiene Eric Matzer un joven británico en sus treinta, futurista, cofundador del @proyecto_vesta y biohacker del cuerpo y la mente en @nootroo compañía que vende el BPC-157, ¡un super péptido de moda para sanar como Wolverine!

En varias entrevistas a medios ingleses, Matzer señala que en cada cumpleaños ordena exámenes de sangre para recolectar información sobre su salud buscando atajos que puedan servirle, sumado a otros rituales como meditar, entrenar, seguir una dieta keto y una ingesta diaria de entre 50 y 100 suplementos para optimizar áreas de su cerebro para incrementar su productividad y periodos de atención. Claro que para la ciencia no existe ninguna evidencia de que esto funcione, sin embargo Eric considera que se encuentra operando con éxito, aumentando su velocidad de tipeo de 15 a 60 palabras por segundo a 150 y su velocidad de lectura de 2500 palabras por minuto a 5000, sólo un hack entre una larga lista de búsqueda de conocimiento del cuerpo.

Para algunos, esta filosofía de la longevidad u optimización del cuerpo humano ha prosperado a pasos agigantados. “Como persona joven- sostiene Eric- estoy intentando mantenerme tan biológicamente joven como pueda, para poder verme beneficiado de los próximos avances tecnológicos en 20, 30 años, para que luego pueda darme otros 20 años en donde exista un avance exponencial en la tecnología de la salud y yo entonces los pueda tomar todos”¹. Su caso no es el único, en Utah otro nombre que se repite en convenciones es el de RICH LEE un ebanista de 40 años, futurista y Grinder -un biohacker que hace modificaciones él mismo-, a la fecha tiene dos chips.

Un (NFC Near-field communication) un sistema de identificación por radiofrecuencias de corto alcance para el intercambio de información entre dos dispositivos, como el que se utiliza en la tarjeta de crédito o débito cuando se realizan transacciones, apagar una alarma o abrir una puerta magnética de hotel. Y otro chip en el brazo que monitorea su temperatura corporal, similar al que se les implanta a las mascotas. Su último proyecto consiste en un vibrador de cuerpo interno con motores de distinta intensidad “a la fecha voy por el último prototipo para instalarlo bajo la piel cerca de la pelvis”, diseñado para transformarlo en un sex cyborg o algo parecido para complacer a distancia a sus acompañantes. Pero tal vez lo más cuestionable tenga que ver con el CRISP, una novedosa herramienta molecular utilizada para editar y corregir el genoma de cualquier célula.

El CRISPS acrónimo en inglés de (Clustered Regularly Interspaced Short Palindromic Repeats) es considerado como la última revolución en genética. Vicente Bellver, doctor en Derecho y especializado en Bioética dice al respecto, “no es la primera tecnología que permite la edición genética, como tampoco el Ford T fue el primer coche que se fabricó, pero sí la que consigue hacerla de manera precisa, económica y sencilla”. Y así es, esta innovación en la secuenciación del genoma humano permite “Ofrecer la capacidad de modificar o corregir directamente los cambios asociados a la enfermedad subyacente en el genoma, y tiene un gran potencial en medicina, alimentación, agricultura o medio ambiente”² o medioambiente. Fabuloso para muchos y una tragedia para otros. Potencialmente se podrían evitar enfermedades hereditarias al borrar o cambiar códigos fallados entre embriones como el caso de He Jiankui, que cobró notoriedad en 2018 cuando afirmó haber modificado por primera vez en la historia los genes de un par de mellizas para que no contraigan VIH. Su situación, lejos de ser aplaudida mereció el repudio inmediato de decenas de científicos, que condenaron el proyecto.

 

Fuente: Red Bull

 

Volviendo a los grinders, Rich, quien experimenta de forma casera con el CRISPS aceptando los riesgos que conlleva sostiene «Me gustaría ver una sociedad biológicamente fluida en la que la gente pueda mejorar estas tecnología» ³. Asegura soñar con los nuevos sentidos adquiridos y haber ampliado su mirada y comprensión del mundo. Esta es otra de las ideas que difunden el biohacking: proporcionar los materiales a todo el mundo, al igual que sus métodos científicos, junto a quienes realmente conozcan las técnicas, ya que solo ellos serán capaces de finalizar sus proyectos de forma correcta. Y hablando de acceso a la información, un nombre se ha vuelto viral al respecto.

Zainer Josiah, es un doctor en biofísica y ex trabajador de la NASA, conocido como el gurú de la biotecnología, dueño de la empresa THE ODIN quien en su página de inicio anuncia «Hacer ciencia e ingeniería genética accesible”, lanzó en el año 2016 una campaña de crowdfunding para que cualquiera pueda experimentar con el kit CRISPS, listo para ordenar online por el precio módico de 159 dólares.

Zainer defiende la libre disponibilidad «Uno de los grandes problemas de la ciencia es que muchos de los revolucionarios avances que se publican en las más prestigiosas revistas pueden no estar disponibles para el público general hasta décadas después. Para mí eso es ridículo. ¿Cómo esperamos que la tecnología avance si no estamos probando, jugando con ella?», se pregunta.

Estas declaraciones aún se encuentran borderline, en especial cuando Aaron Traywick, el peculiar CEO de Ascendance Biomedical, una compañía de biohacking norteamericana, en agosto del 2008, llevó estas declaraciones a un extremo cuando al subirse a un escenario durante una conferencia en Texas (Estados Unidos), bajo su pantalones delante de todo el público y empujó el émbolo de una jeringa para inyectarse en el muslo izquierdo un tratamiento experimental que él mismo había diseñado para acabar con el herpes. Aaron fue encontrado muerto unos meses después flotando en su tanque de terapia en Washington DC. La compañía, reconocida por probar estas terapias en sus propios miembros –que acceden de manera voluntaria– actualmente se encuentra buscando componentes para eliminar el VIH / SIDA y el herpes, además de retrasar el proceso de envejecimiento. La compañía, reconocida por probar estas terapias en sus propios miembros – que acceden de manera voluntaria – actualmente se encuentra buscando componentes para eliminar el VIH / SIDA y el herpes, además de retrasar el proceso de envejecimiento.

Es muy pronto para concluir algo, pero podemos decir con certeza que la tecnología como brazo armado de nuestra cotidianeidad se ha vuelto un componente sobre el cual anhelamos tener el control como en cualquier otro aspecto de interés en nuestras vidas. No resultaría de ese modo extraño comprender como un instrumento puede volverse parte de nuestra intimidad en la búsqueda de maximizar sus posibilidades para ampliar nuestras capacidades físicas, mentales y humanas, aunque por otro lado también estaríamos modificando nuestra evolución biológica sin una adecuada legislación que minimice los riesgos posibles. Claramente las puertas que abre el biohacking no van a retroceder en absoluto, y será preciso ver cómo esta corriente de finales de los ’90 se coloca entre los nuevos cyborgs.

 

Notas:

  1. KQED NEWS. 25 agosto 2016. How to Live Forever: The Morning Routine of a Biohacker.
  2. Blog de Bayer. Ciencia. ¿Qué es la tecnología CRISPR?.
  3. Meet the biohackers. BBC News. 4 de diciembre del 2018.
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Cyberpunk

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