Las verdad se reparte en múltiples interpretaciones e intereses, entendiendo así que en determinados momentos es ella la principal víctima del tormento en el que se bate.
Y es la búsqueda de la verdad desde los medios de comunicación una lucha histórica y sostenida, donde se encuentran aquellos poderes que se intentan validar y revalidar, mediando el poder de la información. Mediando un camino “asfaltado” para llevarnos por él.
¿Acaso podríamos pensar que la verdad de Clarín es la misma búsqueda de la verdad de un medio autogestivo de Villa Celina? O más bien, ¿la verdad no se vive en el territorio?
El planteo de la búsqueda de la verdad para ser informada, genera toda suerte de preguntas y reflexiones. ¿Que verdad busca aquel medio de ultraderecha frente a la que nos indica un medio gestionado por estudiantes universitarios de la educación pública?
Pero avanzando en la reflexión, ¿qué verdad buscamos? ¿en qué cimentamos nuestra realidad, e incluso, cosmovisión para buscar que nos muestren alguna verdad? Creemos las verdades que la emotividad muchas veces nos lleva a entender como eso, verdad. Quienes generan contenido informativo, entiéndase medios, al hacer parte de tanto en la historia, nos muestran con certeza y claridad aquello que de una u otra manera, podemos plantear como complicidad con poderes económicos, políticos, militares etc. Es decir, ¿buscan una verdad para todes?
Ahora bien, ¿cuál verdad creemos y cómo ha sido recaudada cuando vemos, escuchamos o leemos medios de comunicación que a pie juntillas nos indican que un Estado se defiende de otro bombardeando infancias, mujeres, ancianes y hospitales? La compatibilidad y la coincidencia en relación a la verdad/verdades del periodismo no es tal, no existe; no la encontramos.
Lo que sí, es que pensamiento, voluntad y conciencia se modifican bajo el marco de aquellas verdades. Entonces, ¿de dónde provienen las verdades del periodismo? ¿Con qué intensión?
¿Qué buscan?
Y es que son verdades categóricas, contundentes, casi un imperativo que recibimos. Crean pensamiento crítico o no, cada quien se posiciona donde mejor siente que encuentra verdad. Pero, ¿y el poder mediático no es una gran guía, muchas veces perjudicial?
Seguimos siendo maleables.