Susy Shock es artista, escritora, actriz, militante y docente trans argentina. Susy nació en 1968 y se autopercibe como «artista trans sudaca».
Hace 20 años hace parte de la organización Futuro Trans. La identidad de género ha sido su lucha desde el movimiento cultural y académico, se basa en Buenos Aires pero recorre todo Latinoamérica en el camino de la cultura under y esos otros modos de ser y sentirse. Es, si se quiere, símbolo de la lucha travesti-trans a través de su música con raíz folclórica y poesía.
Las preguntas realizadas parten de una concepción en la cual encontramos una militancia desde la periferia que marca el statu quo frente a las diversidades culturales, identitarias, sexuales etc; desde visiones de la vida que argumentan la diferencia.
Llegar a las respuestas de Susy Shock, como aquella autora de libros como «Crianzas» y «Antiprincesas», realidades que ella ha sabido transmitir desde el lugar que señala el olvido de la fraternidad, el cariño y los abrazos, cosas que «necesitamos y nos sirven a las tribus en pequeñas dosis, en pequeños lugares».
Sí, afectividades que nos arropen frente a la multiplicidad odiante. Desde ahí, esta charla sencilla pero apacible, contenedora desde las respuestas en la creación de espacios más sensibles y demostrativos de los amores.
¿Están siendo los abrazos lo más fuerte hoy día?
Si los abrazos fueran lo más fuerte tendríamos otro mundo, otra lógica de distribución de los recursos, cuidados del planeta. No tendríamos el peligro latente de ser, quizás, la última generación que lo destruya todo. No tendríamos tantas crianzas con hambre durmiendo en la calle y no estaríamos siendo testigues de un sistema de las más extremas crueldades, quizás con una sofisticación que la tecnología ha llevado a puntos de tener naturalizadas muchas cosas; a tener naturalizada la enorme tragedia que significa evitar ese sistema. Entonces, los abrazos se van perdiendo en el medio. Los abrazos los necesitamos y nos sirven a las tribus en pequeñas dosis, en pequeños lugares, en pequeños encuentros, en momentos intransferibles, necesarios, casi de venganza enorme a ese enorme fracaso”.
¿Nos complementamos intrínsecamente en el proceso de construcción personal?
No sé a qué te referís o a qué se refieren cuando decís nos complementamos. ¿Quiénes se complementan? Las travas con las travas se ayudan, entre disidencias se ayudan si el mundo hegemónico hetero-winca-patriarcal sigue sin mirarnos. No les interesa. No estamos en la agenda emocional de ninguno de nuestros países. Sigue creciendo la lista de los transfemicidios, de los travesticidios y a nadie le importa. No se frena la calle. No se para el mundo. Entonces, creo que no nos complementamos en nada, solamente nos usamos. Solamente nos quitamos cosas y vamos por la defensiva total. Por eso, yo creo en el aporte enorme que hacemos dentro de las tribus. Cómo mejoramos dentro de nuestros grupos de pertenencia, cómo nos vamos abrazando, ahí sí, para no morirnos del todo.
El sistema que la hegemonía nos propone, de exclusión y violencias, ¿está siendo dado vuelta?
No, no esta siendo dado vuelta, todo lo contrario esta vivito y coleando, incluso tiene las estrategias de mentirnos y tiene un espacio reservado para nosotras, la mentira es una trampa.
¿Estamos dando espacios a las infancias para encontrarse y construirse?
Me gustaría creer que sí, que algunas construyendo espacios más amorosos y diferenciándonos de todo ese fracaso intentamos, sí, estar cerca de las infancias. Encontrarnos y construirnos nuevamente nosotras mismas cuando estamos con las infancias, en lo más puro de cada una de ellas. Eso, pero el mundo, no.