El ex primer ministro Shinzo Abe, uno de los líderes más importantes de la historia de posguerra de Japón, murió el pasado viernes, a sus 67 años, después de recibir un disparo mientras daba un discurso en la ciudad de Nara.
El asesinato al primer ministro con más años en el cargo, que tuvo lugar apenas dos días antes de las elecciones a la Cámara Alta, sacudió a la nación, con políticos de todas las tendencias condenando el ataque como una afrenta a la democracia.
“Estoy profundamente entristecido y sin palabras”, dijo el primer ministro Fumio Kishida, con ojos hinchados y enrojecidos tras la noticia de la muerte de Abe. “Perdimos a un líder que amaba a la nación, miraba hacia el futuro y alcanzó grandes logros en distintos campos de este país”.
Su asesinato nos retrotrae al footage de Inejiro Asanuma, líder del movimiento socialista de oposición japonés, asesinado ante 1000 personas en un mitín político en Tokio, el 13 de ocubre de 1960. El crímen fue cometido por un joven de 17 años de edad, llamado Futaya Yamaguchi, mientras Asanuma se encontraba con otros 100 miembros de la Sociedad Patriótica del Gran Japón, de extrema derecha, en el Salón Hibiya.
De repente, Yamaguchi cruzó corriendo corriendo y apuñaló a Asanuma con una daga de un pie de largo. Cerca de él, estaba sentado el primer ministro japonés, Hayato Ikeda.
Testigos oculares dijeron que Yamaguchi sonreía cuando lo detuvieron. Ya en prisión, hizo una mezcla con agua y pasta de dientes y escribió un mensaje en favor de “Su Majestad Imperial El Emperador” y se ahorcó con una soga confeccionada con sábanas de su cama.
De entre los muchos fotógrafos que se encontraban presentes en el atentado, Yasushi Nagao fue el que logró la instantánea más nítida de la embestida de Yamaguchi. Una escalofriante fotografía que fue reconocida con el Pulitzer de 1960, con el WordPress Photo de 1961 e inspiró Kenzaburo Oe, el libro Seventeen.