Melilla, una ciudad española de 85.000 habitantes situada en la costa norte de Marruecos, se encuentra rodeada por una valla de 6 metros de altura. Su propósito: impedir la entrada de inmigrantes desde el continente africano. Junto con Ceuta, otra ciudad autónoma española, son las dos únicas fronteras terrestres de la Unión Europea en África.
El viernes, en la noche del 24 al 25 de junio la policía marroquí junto con la gendarmería española reprimieron a unas 2 mil personas que se lanzaron a cruzar la valla. El resultado fueron 2 horas de enfrentamiento y 37 muertos.
Esta alambrada de 12km de largo es el último obstáculo para los miles de inmigrantes que tratan de llegar a suelo europeo. Antes del acuerdo de Schengen en 1972 la circulación entre Manilla y Europa era libre. Más tarde el tratado internacional estableció que varios países en Europa suprimieran los controles en las fronteras interiores y trasladaran esos controles a las fronteras exteriores de la Unión.
La valla actual está dividida en tres partes, la primera tiene 6 metros de altura, la intermedia 3 metros y la del exterior 6 metros. En la base tiene un entramado de cables de acero para dificultar el paso de cualquier persona. Se encuentra monitoreada por guardias en ambas fronteras las 24hs.
La mayoría de los migrantes pueden tardar meses incluso años en salir de África para llegar a Europa porque deben sortear obstáculos en el camino, terrorismo, secuestro, trata, trabajo esclavo, lo que reduce a una minoría los afortunados en cruzar. El plan de autonomía marroquí para el Sahara occidental, sostienen algunos, podría ser una de las posibilidades para solucionar parte de este conflicto.
Esta no es la primera vez que desplazados se enfrentan en las fronteras por ingresar. La Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH) afirma que el gobierno no está realizando ninguna investigación sobre la muerte de los migrantes. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR España), también en redes sociales, expresó que “lamentan profundamente la pérdida de vidas humanas y las personas que resultaron heridas en el intento de entrada desde Nador a Melilla el viernes 24’’.
Mientras tanto el presidente de España, Pedro Sánchez, elogió el actuar de las fuerzas de seguridad marroquíes y vaticinó que debido a la guerra y el calentamiento global esto volverá a repetirse. Entre tanto múltiples medios se manifestaron contra las declaraciones del presidente, entre ellos el medio Ctxt, que sostiene que España y la Unión Europea pagan a sicarios para matar a las personas que ellos no se atreven a matar, y que el gobierno español reproduce el discurso de la extrema derecha al felicitar a la policía marroquí, financiada por Madrid y Bruselas.
“Mientras no aceptemos que los subsaharianos son también ucranianos, y normalicemos la gestión de las fronteras, necesitaremos sicarios que maten por nosotros; y nunca mataremos lo bastante como para que dejen de entrar humanos en peligro ni para que los bárbaros, que ya están dentro, no lleguen al gobierno’’, dicen en su editorial.