“Si no tienes nada que ocultar, entonces no tienes nada que temer”
En un nuevo capítulo de ‘‘te olvidaste que Google es una corporación y no un servicio público’’, muchos usuarios expresaron su enojo tras el anuncio de cambios en la política de uso de Google Drive, cambios que consisten en el escaneo y eliminación de archivos que considere ‘inapropiados’ o ‘condenables’; algo que se parece a que tu madre se meta en tu cuarto a revolver el tacho por si las dudas. Si bien la plataforma ya tenía la obligación de retirar el material ofensivo así como también aquel que sea indicado por dictamen de un juez, la diferencia es que ahora la misma empresa tomará la decisión final de qué es apropiado y qué no mediante algoritmos, aunque dicen que la supervisión final quedará a cargo de un grupo de expertos moderadores, quienes hacen el trabajo sucio de ver TODO y eliminar lo que esté por fuera de la norma, una tarea retratada magistralmente en el documental The Cleaners.
Según Google, el proceso consiste en dejar a los algoritmos detectar archivos que violen sus normas para luego ser derivados a expertos que decidirán qué sanciones tomar. Esto puede significar una restricción de acceso a terceros, la eliminación directa de archivos o la inhabilitación para utilizar los servicios de Google. Algunos de los ejemplos de elementos que pueden ser borrados son documentos sexuales explícitos, documentos de discursos de odio, malware o contenido que ponga en peligro a los niños. En caso de no estar de acuerdo con alguna decisión tomada se tendrá la posibilidad de solicitar una revisión para lo que habrá que someterse a los plazos de la burocracia.
Ahora bien, la línea comienza a desdibujarse cuando se trata de archivos que no son fácilmente clasificables, como ocurre con buena parte del contenido político que puede ser señalado como discurso de odio o con contenido que podría generar una reacción en la esfera pública, como sucedió con fotos que mostraban la guerra en Medio Oriente y más recientemente con el papel de Google en el conflicto entre Armenia y Azerbaiyán.
Como para regular el poder de gigantes gigantes como Amazon o Meta (ex Facebook) la Unión Europea aprobó en diciembre pasado el Digital Markets Act, una propuesta legislativa que busca moderar la posición casi absoluta que estas empresas y otras tienen en el mercado, implementando una normativa para asegurar las buenas prácticas de competencia y un espacio digital seguro para los usuarios con compañías protegiendo sus derechos online, lo que nos hace pensar: ¿qué tanto temen los gobiernos a las corporaciones tecnológicas y qué tan útiles les son?
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